El pulmón citadino, Parque Natural Metropolitano

No hay duda de que el mejor sitio para tomar una bocanada de aire fresco y puro es el Parque Natural Metropolitano, en donde reinan las riquezas y maravillas del bosque tropical.

Seguro que cuando eras un escolar no faltó en tus excursiones extracurriculares una ida al Parque Natural Metropolitano. Una vasta extensión de vegetación y fauna, repartidos en 232 hectáreas que se ancla en la parte norte de la ciudad.

Su verdor y su posición al límite de la urbe, le ha dado el título de “Pulmón de la ciudad”, incluso la forma que adopta el área protegida luce como un pulmón, de color verde.

El parque cuenta con senderos con distintas extensiones los cuales se interconectan entre sí: Mono Tití, La Cienaguita, Los Caobos, Los Momótides, El Roble, Los Guayacanes y Dorothy Wilson. Y son clasificados, por los guías, entre moderados o fáciles según su nivel de dificultad. Los senderos más extensos pueden tomar aproximadamente una hora de camino.

Uno de los senderos más cortos es el de 10 minutos: el Dorothy Wilson. Muy próximo a la oficina del parque, apto para personas de la tercera edad o con movilidad reducida. Dispone de pasamanos para el apoyo del cuerpo durante la caminata a través de un jardín con sombra durante las mañanas y las tarde; también hay un parque de juegos para los infantes. Ideal para las familias con adultos mayores y niños.

Un estanque de tortugas

Uno de los primeros parajes cuando se ingresa al primer y más concurrido de los senderos, el de El Roble, es una laguna llena de tortugas.

Algunas de ellas fueron traídas por personas que ya no podía tenerlas en casa y por eso ahora hay una “sobrepoblación” de la especie, explica Geraldine Castillo, de departamento de Mercadeo del sitio. 

Las tortugas tiene una rutina:  van saliendo a flote a las 9 de las mañana y finalmente, al mediodía docenas de ellas comienzan a estirar el cuello para tomar el sol.

Un búnker en medio del verdor

Al principio del tramo del sendero Mono Tití se puede avistar a un costado, una fortificación que data del periodo militar. Según la reseña de sitio, el edificio sirvió para dar entrenamiento en la selva de las tropas estadounidenses, también para probar armamento y su comportamiento en condiciones del trópico. Debido a la gestión de la reversión de áreas canaleras al país, el sitio quedó en desuso para fines militares en 1983, para luego convertirse en una especie de academia de perros de las Fuerzas de Defensas Panameñas. Sin embargo, la jauría entrenada en tácticas militares fue disuelta en 1989 cuando el sitio fue “atacado por una tropa estadounidense liderada por una mujer”, detalla una reseña en el lugar.

Antes de pasar por el Castillo, como es nombrado el búnker exmilitar, se puede ser testigo de la interacción de los monos titís, que agitan las ramas de los árboles, saltan o se balancean de una a otras o se comunican entre ellos con sus particulares sonidos. Muchos turistas se quedan mirando y toman videos o fotografías del espectáculo de estos simpáticos primates.

¡Hierro a la vista!

Durante el recorrido podrá toparse con la base de la Grúa Bradley, un soporte metálico que lleva a los científicos del Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian a la altura del dosel para observar el comportamiento de la vida silvestre en esta zona.

Un proyecto a futuro promete llevar también a los turistas a evidenciar estas vistas, cuenta Castillo, la vocera del parque.

Mirando el bosque desde arriba

En la caminata a través del sendero de El Roble, puede que la energía corporal comience a descender por la cuesta que va manifestándose en el terreno.  Hay una parada estratégica, el Mirador Los Trinos, es un rancho dispuesto de sombra y asientos para tomar un descanso mientras se observa el dosel del bosque, donde también se aprecian las lianas, especie de raíces suspendidas, un elemento común en el ecosistema selvático. El mirador alcanza una altura de 80 metros sobre el nivel de mar.

En el tránsito por los senderos, se pueden observan perezosos de tres dedos, ñeques, gatos solos y algunos excursionistas con más suerte, verán el Tucán punta de iris. Así también mariposas y aves, que son la fascinación para los avistadores de las aves migratorias de Norte América, que entran con ojos curiosos y, por supuesto, binoculares al cuello.

Punto clave para la región, Corredor Biológico

Las bondades del parque van más allá de su atractivo turístico, resulta que también esta zona forma parte del corredor biológico, una zona protegida entre países que permite el tránsito de fauna por grandes extensiones de terrenos para asegurar su supervivencia. Así mismo, el corredor se convierte en parte esencial de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá.

Una cima con muchas perspectivas

Al final de la caminata que en el último tramo se volvió un poco empinada, nos ha llevado a la parte más alta del parque, el Cerro Cedro. Un letrero te felicita por alcanzar la meta, que asciende a 150 metros sobre el nivel del mar (msnm) y representa el segundo punto más alto en la ciudad de Panamá superado por el Cerro Ancón con 199 msnm.

La cima cuenta con un mirador con vistas a varias partes de la ciudad en su conjunto, el centro bancario, la Bahía de Panamá o El Puente de las Américas.

Hay otros dos enfoques más detallados como: La Cinta Costera III, el edificio de la Lotería, Isla Flamenco, Isla Perico, Isla Naos, la Calzada de Amador y el Cerro Ancón; el tercero vendría siendo las vistas a la Embajada y el consulado de los Estados Unidos, Mirador Esclusas de Miraflores, Puente Centenario, Parque Nacional Caminos de Cruces, Parque Nacional Soberanía y el antiguo Hospital de Clayton, donde funge actualmente las oficinas de la Caja de Seguros Social.

Costos          

Adulto (estudiantes universitarios, jubilados): 1 balboa

Niños: 50 centavos

Visitantes extranjeros (adultos, estudiantes universitarios, jubilados): 4 balboas  

Niños: 1 balboa

Infantes nacionales y extranjeros de 0 a 2 años: Gratuito.

Recomendaciones:

  1. Mantenerse dentro del sendero
  2. Ser respetuoso con la naturaleza
  3. No alimentar ni perturbar a la fauna
  4. No usar perfumes
  5. Llevar repelente
  6. Mantenerse hidratado
  7. Llevar una merienda ligera
  8. Usar calzado cerrado y ropa cómoda
  9. No se permiten mascotas, bicicletas, radios de comunicación, ni fumar.
  10. Lleva tu celular y comparte en redes sociales todas las fotos que tomes con la señal de TIGO que es excelente en el lugar.

¿Cómo llegar desde la Terminal Nacional de Albrook?

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